Hasta
el reinado de Pedro el Ceremonioso la ciudad utilizó como armas
propias un escudo alusivo a su emplazamiento: Una ciudad amurallada
sobre olas. Este emblema aparece representado en uno de los primeros
sellos municipales (1312) y en el escudo esculpido en la puerta gótica
de la Catedral de Valencia. No obstante, ya desde el siglo XIV Valencia
empleó como divisa las propias armas reales: un escudo en cairó
(rombo), con cuatro palos de gules sobre campo de oro. En algunas representaciones
heráldicas los cuatro palos aparecen simplificados en dos. En
1377 el Consell (consejo) municipal fijaba definitivamente la composición
del escudo:
Es cert que el senyal per los molt alts senyors
reys de Aragó otorgat e confermat a la dita ciutat era e és
llur propi senyal reyal de bastons e barres grogues e vermelles... Per
tal, lo dit Consell deliberadament e concordant , tengué per
bé e volgué e proveí que els ordinaris e escrivans...
usen del dit senyal reyal... ;al cap subirá sia feta corona per
dues raons: La primera, car la dita ciutat és cap de regne, majorment,
e la segona, car lo molt alt senyor rey ara regnant, per son propi motie
e de sa mera liberalitat , tenin-se axí con fou sa mercé,
per molt servit de la dita ciutat, senyaladament en la guerra de Castella
proppassada , especialment en los dos setges..., enadí la corona
al dit senyal.
(
Texto en Lengua Valenciana Antigua. )
A partir de ese momento el escudo real con la corona se impuso
no solo en los sellos municipales, si no también en las grandes
construcciones, en las acuñaciones monetarias de la propia ceca,
en las filigranas del papel fabricado en los molinos de la ciudad, en
las telas de la manufactura local e incluso como marca de los orfebres
del gremio de Valencia.
También como reconocimiento a su fidelidad durante la guerra
con Castilla, Pedro el Ceremonioso concedió al municipio el derecho
a colocar una corona sobre la L de Valencia. Ya en época moderna,
se añadió una L a cada lado del escudo, simbolizando la
lealtad de la capital en los dos asedios que sufrió en la mencionada
contienda y atribuyéndose su origen a una concesión del
mismo monarca. Ya en 1503, con motivo de la bendición de una
nueva bandera, el dragón alado que aparecía como cimera
en algunos escudos reales y como adorno en el extremo del palo de la
senyera (Bandera del reino de Valencia), dio lugar al murciélago,
animal ya utilizado en algunas de las representaciones heráldicas
anteriores. En el siglo XVII el "rat penat" ya está
presente en el escudo municipal y en impresos oficiales, y en los siglos
XVIII y XIX en monedas y medallas.
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