
Carlos
Vives es el primer gran diseñador gráfico del
siglo. Fué creador de marcas populares que aún
hoy sorprenden por su calidad gráfica.
Su enorme afición por el Origami y otras técnicas
de plegado de papel, lo convierten en uno de los grandes maestros
y pionero del "packaging" de calidad
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Carlos
Vives i Torrella nació en Barcelona el 6 de enero de 1900
en el seno de una familia acomodada. Fue el quinto de ocho hermanos.
Estudió en el colegio La Salle de la Bonanova de 1906 a 1914.
A la edad de catorce años dejó los estudios para empezar
a trabajar. Muy pronto demostró su extraordinaria facilidad para la ilustración
y una gran habilidad para las manualidades. Al mismo tiempo se inició
en el campo de la fotografía y se especializó en el
retoque y la manipulación de negativos. Con las primeras
ganancias se compró una cámara de fotografiar Leica.
En 1920 comenzó el servicio militar como dibujante topográfico
de mapas militares de la cuarta región militar. Al cabo de
medio año de servicio, montó un laboratorio de fotografía
en la caserna. Uno de aquellos inviernos, tras una gran nevada en Barcelona, esculpió
un espectacular león de nieve.
A
mediados de los años veinte se estableció por su cuenta,
y trabajó por encargo para diversas empresas del ámbito
de las artes gráficas. Posteriormente, creó su propia
editora, la Caja de Intercambio Infantil. En 1929 se casó
con Elvira Donat. El matrimonio tuvo cuatro hijas: Elvira, M. Merçè,
Victòria y Rosa. El primer trabajo destacable como diseñador gráfico
fue el diseño de la marca y de la imagen del célebre
librito de papel de fumar Smoking, en 1929. Inventó y patentó unas figuras que, mediante un original sistema de plegado y recorte, adquirían categoría de objeto espacial y podían ser utilizadas como anuncios comerciales. Los famosos libritos de papel de fumar Smoking demuestran el dominio que tenía del pliegue y troquelado de cartonajes, lo que también se pone de manifiesto en los soportes publicitarios que diseñó antes de la guerra, que iban más allá del recortable, buscando en el desplegable articulado una imagen secuencial, una movilidad que trasciende la papiroflexia o el mismo pop-up, para acercarse a la idea de la imagen animada: el paipai de Nescao, los desplegables de las medias DH, Cafiaspirina, Caldo Maggi o la paloma de El siglo son magníficos ejemplos.
Trabajó para dos grandes empresas: Gràfica Manén
y Rieusset SA, con las que desarrolló innovadores desplegables
comerciales de papel. Diseñó marcas comerciales, entre
las que destaca el envoltorio del tabaco Ideales, también el paquete de Bisontes, en 1933. En febrero de 1935 ganó el primer premio de carrozas comerciales
de la Rúa de Barcelona.
El periodo de la Guerra Civil supuso para Carlos Vives un verdadero
descalabro. A finales de 1936 su esposa no superó una grave
enfermedad y se quedó solo con cuatro hijas. A causa de la
grave situación del momento, decidió marchar con sus
hijas a Francia, pero cuando estaba cerca de la frontera fue detenido
y hecho prisionero. Después de dos meses, fue juzgado y absuelto.
No volvió a Barcelona hasta finales de 1939.
En
1940 volvió a trabajar para la empresa de artes gráficas
Rieusset SA, con la que desarrolló un proyecto peculiar:
el diseño de la primera peseta de la posguerra. Durante esos
años también colaboró con Crisol y con otras
empresas.
A finales de los años cuarenta inició una nueva etapa
con Cobas y Zabaleta, para los que trabajó durante veinte
años. Desarrolló centenares de postales y felicitaciones
de Navidad tridimensionales, con complejos trepados y nuevas formas. En
1951 se casó con M. Dolores Seijas. Tuvo dos hijas, Lolín
y Eva.
A los sesenta y un años decidió crear su propia editorial
para atender nuevos proyectos, como unos reyes magos en volumen,
un libro de geometría integral en proyecto y ornamentos de
Navidad.
1962-1973 El insomne. A raíz de una carta suya publicada en un periódico
en la que declaraba que no dormía desde que tenía
veintiún años, la televisión y los periódicos
lo hicieron popular por su falta de sueño.
Aunque Carlos Vives siguió dibujando postales de Navidad
para Cobas, de 1969 a 1971 se concentró en tres proyectos
para niños, que desarrolló para la editorial Roma,
dirigida por Pere Manén. Fueron sus últimos trabajos
comerciales.
El último Día de Reyes Carlos Vives celebró su último cumpleaños a
la edad de setenta y cuatro años, rodeado de toda su familia.
Murió once días más tarde, el 17 de enero de 1974.
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